sábado, 11 de octubre de 2014

Vicios del dinero

El dinero es un bien útil. Esto significa que no tiene valor en sí mismo, sino sólo en la medida en que sirve a algún fin. El dinero no puede ser considerado ni bueno ni malo en sí sino en cuanto se subordina o no al fin último del hombre. Por esto no es posible determinar a priori si poseer dinero es bueno o malo. Si el uso del dinero atenta contra la satisfacción del fin último de la vida humana, que es la felicidad, entonces nos encontramos con un uso vicioso del dinero.

El uso vicioso del dinero oscila entre dos extremos: la avaricia o la prodigalidad. En un caso, el hombre tiende a conservar desmedidamente los bienes, y, en el otro, los gasta desmedidamente. Pero la conservación y el gasto no son más que la manifestación externa del desorden subjetivo que consiste en un deseo inmoderado: en el caso del avaro, se trata del deseo desmedido de poseer riquezas. En el caso del pródigo, es un poco más complejo pues no se trata de un deseo de no poseer riquezas, sino de la incapacidad de retenerlas debido a una cierta debilidad para soportar la carencia inmediata de ciertos bienes. Así, por ejemplo, un niño incapaz de ahorrar parte de su "mesada", no gasta todo su dinero porque no lo quiera para otra cosa en el futuro sino porque no se aguanta las ganas de comer chocolate.

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